Pepe el Falutx
Sus inicios, como el de todos los jóvenes, fue probar el trabajo en el mar o en la tierra, hasta que comenzó como aprendiz de camarero en el Bar Antoñico. Allí descubrió la vocación de una profesión prácticamente inexistente en la zona, de hecho, uno de sus proyectos fue marcharse a Mallorca, al hotel Calaratjada para aprenderla de verdad. De allí pasó al Tossalet, en Jávea, donde aprendió además de alemán, inglés y francés , el placer por el trabajo bien hecho y su pasión por la hostelería.
A Guardamar, a su pueblo, lo trajo todo de esta profesión y abrió un camino que supuso un referente en el incipiente turismo de la época. Allí, fundó su propio bar al que llamó El falutx y que durante muchos años, su mujer y sus hijos, ya sin él, trabajarían duro para levantar y continuar su proyecto y su historia.